Cúcuta 1 - Huila 1
Corría el minuto 22 del segundo tiempo en Neiva cuando el juez central, Francisco Peñuela, apoyado en su asistente Javier Camargo, decretó un tiro penalti a favor del Huila. ¡Nació otro escándalo!
Pareciera mentira que dos jugadores hicieran tanta falta en la estructura de un equipo. Pero el domingo el Huila, ante el campeón reinante sin sus figuras por su compromiso en la Libertadores, evidenció que una cosa es el onceno de Otero con el argentino Marangoni y Freddy Montero, el juvenil goleador facilitado por el Deportivo Cali; y otra muy distinta sin la presencia de estos.
Ambos marginados del choque luego de la cacería que permitió el central Parra en el partido cumplido en la capital Colombiana.
Que distinto lució el cuadro opita, que hace apenas 72 horas había alcanzado una victoria trascendental frente a Millonarios en El Campín, poniendo a soñar a todo un pueblo con disputar una primera final en sus cortos 14 años de su aparición en el fútbol profesional de nuestro país.
El técnico Otero plantó su equipo con el libero doble estoper, que buenos dividendos le dio en Bogotá, pero su principal problema para penetrar la congestionada zona de volantes de la visita, radicó en la zona creativa encomendada a Donal Millán; elemento falto de fútbol y poco recursivo que tuvo que ser sustituido para la parte complementaria debido a su opaca presentación.
Huila comenzó el partido tratando de imponer condiciones y lo hizo con algunas llegas del juvenil Aponzá, responsable de sustituir al goleador Montero. Rojano también fue vital en aquel trabajo y desde atrás el argentino Torres trataba de poner lo suyo, pero eso no era suficiente para vulnerar el pórtico del golero Zapata.
Mientras Huila buscaba por todos los sectores, pero de una manera desordenada llegar a predios del golero cucuteño, el onceno de la frontera soportaba su trabajo en dos líneas de cuatro con un excelente comportamiento de Portocarrero en el fondo y el acompañamiento de Flores en zona de volantes; arriba un solo hombre, Lionar Pajoy que muy poco apareció en los primeros 45 minutos.
Partido enredado en la primera parte y con poco fútbol vistoso. Para el complemento el estratega Otero movió sus fichas, excluyó al intrascendente Millán para darle paso al espigado Guazá y mandó a las duchas al juvenil Aponzá.
Ingresó Molina pero este tampoco fue solución para la pobreza ofensiva que a esa altura del partido mostraba el cuadro local. El público seguía empujando desde la tribuna y el cántico de 'Huila, Huila' retumbaba en el máximo escenario deportivo de los opitas.
Pero esa voz de aliento se transformó en un silencio prolongado cuando Pajoy, el único atacante dispuesto por la visita, aprovechó a los 19 minutos un balón en zona de volantes y libre de marca remató al pórtico venciendo al golero Estacio, que apenas regresaba en su función de libero.
Desconsuelo en las huestes locales y alegría total entre los pocos aficionados que habían llegado desde la frontera, motivados por la excelente campaña que cumplen los orientados por el técnico Bernal.
El dulce se puso a mordiscos, decían los aficionados en la tribuna, porque las cuentas luego de la victoria sobre Millonarios comenzaban a fallar y Huila no encontraba la senda ni el camino para encarar la defensa visitante.
Huila llegó a la paridad gracias a un penalti sancionado por central Peñuela tras falta del defensor Vásquez sobre el espigado Guazá que, con sus casi dos metros, cayó dentro del área de 16,50 en una jugada por el centro orquestada por el Barranquillero Rojano.
En aras de ser justos digamos que si bien la falta existió, la misma se cometió fuera del área pero el central se apoyo en su asistente número uno Mauricio Garzón, quien corrió raudo para sancionarlo.
Protesta airada de los jugadores cucuteños pero el central se mantuvo en su decisión. Ejecutó Caicedo y de nuevo la fiesta volvió al Plazas Alcíd. Transcurría el minuto 25 y se pensaba que había suficiente tiempo para darle vuelta al marcador y sumar tres nuevos puntos que le acercaran aun más a esa instancia final, a la que solo llegan los grandes.
Se luchó y se luchó pero no se pudo, porque falto claridad en la creación y calma en el último cuarto de cancha.
Huila se prepara ahora para recibir al Medellín que perdió gran opción tras su derrota con Millonarios, pero deberá mejorar demasiado para seguir con la ilusión de disputar su primera final.El árbitro
No hay duda de que la actuación del juez Francisco Peñuela, el domingo en Neiva, va a dar de qué hablar durante la semana. El árbitro señaló como penalti a favor del Huila una falta fuera del área. El juez se apoyó para tomar la determinación en su asistente de occidental Javier Camargo, quien le aseguró que fue adentro. Peñuela pasaba el examen antes de este incidente, que lo perjudica a la hora de calificar su desempeño.
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