martes, 14 de diciembre de 2010

Julian Assange, el más destacado en el ámbito internacional


A sus 39 años, el australiano Julian Assange quiere revolucionar la manera de pensar el periodismo sin ser periodista. El matemático y hacker profesional plantea un tipo de “periodismo científico” en el que el receptor tenga la información veraz y de primera mano para que pueda sacar su propia interpretación.

“No se puede publicar un documento sobre física sin los datos completos y los resultados experimentales, y esto debería ser la norma en periodismo”, dijo en alguna de sus ruedas de prensa sorpresivas explicando su filosofía.

Assange saltó a la fama en 2010, a pesar de que su portal existe desde 2006, y se ha destacado con filtraciones de atrocidades de militares estadounidenses en Afganistán e Irak - abusos contra civiles, uso sistemático de torturas, ataques indiscriminados – más de 490 mil documentos filtrados desde el Pentágono, entre julio y agosto, que lo pusieron en la mira de Estados Unidos.

Ahora los 251 mil archivos del Departamento de Estado han sentenciado su futuro; calificado como enemigo del Gobierno norteamericano, el cerco a Assange se cierra cada vez más: jueces, gobiernos, bancos y empresas obstaculizan las filtraciones desatando la primera guerra cibernética del mundo.

Fundada en 2006, su arma principal, WikiLeaks ha roto todos los moldes del periodismo moderno en sólo cuatro años, liderando los esfuerzos de informar con transparencia y sin manipulaciones políticas. Con esa filosofía, Assange y los suyos (una docena de empleados y unos 800 colaboradores) se han ido ganando el respeto de los medios de comunicación y de un público ansioso por conocer lo que ocurre a puerta cerrada en las altas esferas del poder.

“No practicamos la desobediencia civil. Wikileaks practica la obediencia civil, es decir, somos una organización que trata de hacer que mundo sea más civilizado y actúa contra organizaciones abusivas que presionan en la dirección opuesta” explica Assange.

El enigmático mago de las filtraciones, no sólo oculta su manera de obtener información sino también su vida privada. Hoy, permanece aislado en una cárcel británica acusado de abusos sexuales en Suecia y mientras lucha por su inocencia, promete que a principios de 2011, dará el siguiente gran golpe, esta vez contra el sector bancario para hacer temblar las estrechas y poderosas calles de Wall Street.


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