Altas y bajas en ritmo de la agenda legislativa
El ambicioso menú de reformas presentado por el Ejecutivo al Congreso ha contado con no pocos sobresaltos, aunque todavía su marcha se ajusta al cronograma.
CON UNOS proyectos más adelantados que otros en cuanto al número de debates que han podido surtir, avanza con buen ritmo la agenda que presentó el Gobierno en esta primera legislatura. La mayoría de las iniciativas por lo menos ya tienen un debate, lo que les asegura no hundirse por falta de trámite de aquí al 16 de junio de 2011.
Uno de los dolores de cabeza para el Ejecutivo, en cuanto a proyectos que se han quedado a la zaga, es el de Primer Empleo, que sigue también a la espera de ponencia para primer debate, aunque el mensaje de urgencia que dio el Gobierno la semana anterior imprimiría la celeridad que requiere en su trámite.
El gobierno Santos sorprendió al país al inaugurar al Congreso que se posesionó el pasado 20 de julio con una cascada de proyectos de todo tipo. Conocedores del tejemaneje parlamentario señalan que desde 1992 una Administración no mostraba la casi totalidad de sus cartas desde un primer momento, manifestada en una agenda legislativa tan voluminosa.
Analistas señalan que la administración Santos optó por este camino porque, en primer lugar, había iniciativas que no daban espera, pues su rápida aprobación era necesaria para el desarrollo de las políticas gubernamentales más gruesas, como empleo y la reforma a la ley de regalías. Sin embargo hay otros proyectos que bien habrían podido esperar en su presentación, como la eliminación de la Comisión Nacional de Televisión o el de reelección de alcaldes y gobernadores, pero el Gobierno decidió no aguantar hasta el otro año su radicación confiado en que el Acuerdo de Unidad Nacional le garantizaba en el papel un control del 80 por ciento del Parlamento para la aprobación de su paquete de iniciativas.
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