¿ DONDE ESTAN, QUIENES NOS REPRESENTAN ?

1.- Seguramente, aún pasaran muchas lunas, para que tanto la ciudad como la región, recobren los hilos extraviados de antiguos propósitos, que se diluyeron, fraccionaron y relegaron, por la ausencia de un núcleo dirigencial y empresarial activo, persistente y visionario. Advertimos esto, porque lo que recientemente ha sucedido con la Zona Franca – sin que sobre este mecanismo de comercio exterior, logrado con gran esfuerzo e importantísimo en este momento ,nadie diga nada -, como con CORPONOR – cuyas funciones se recortaron y donde más se requería su presencia -, hacen recordar: la suerte del Ingenio Azucarero del Zulia, los intentos de Azurca ,los bandazos con las EE.PP.MM , el final de la Corporación Financiera del Oriente, las ventas de Centrales Eléctricas del Norte de Santander, los desalientos con las Promotoras de Inversión, el apabullante destino de INTERFERIAS, la carencia de un Aeropuerto Internacional, de un Fondo ó Banco de Desarrollo Fronterizo, de un Parque Industrial y Tecnológico, de unos Incentivos y Estímulos a la Inversión, a la capacitación especializada, etc, etc.

2.- Y, duele recordar y anotar todo esto, porque hallándonos –todos los pobladores de la Región NorOriental de Colombia - ante la encrucijada socio económica y hasta política existente, por los cambios y variables que se han suscitado y las amenazas que se ciernen para el inmediato futuro, ante los avances y desarrollos competitivos de otras regiones, se prefiera destinar – con aceptación de todos los niveles del gobierno, pero sin consultar al sector privado, que es el que los usa - los terrenos estratégicamente ubicados para cumplir el cometido del objeto que conllevó el establecimiento del ente impulsor de acciones aduaneras y de agilización en movimientos de importación y exportación, así como de varias Ferias Internacionales - existiendo áreas amplias y disponibles en otros sitios, para buscarle espacio y construir : el edificio comando de la Policía, piscinas para los Juegos Nacionales, un Centro de Convenciones,- que bien puede erigirse en otro sitio y entre otros en la Villa del Rosario, para apuntalar ese lugar histórico de tanta importancia reduciendo así, las perspectivas y opciones de ese excepcional establecimiento publico nacional.,cedido en su operación y por contratos renovados cada seis meses y desde hace más de 10 años, a la Zona Franca de Bogota.

Y, sacude más, cuando la propia Cámara de Comercio de Cúcuta, se suma a semejante e insólita actitud, cuando fue ella y directivos de lustros atrás, .los que más velaron y trabajaron, por la obtención y puesta en marcha ,de estas ayudas y auxiliares mayores.

3.- ¿No es acaso la Zona Franca Industrial y Comercial de Cúcuta- bien entendida y manejada por gentes capacitadas que quieran el progreso de la región –el factor motor para proyectar y otorgarle vida a las acciones industriales que requerimos?¿ Se olvidan los prospectos con el hierro y el aluminio venezolanos, para dar pie a la industria automotriz en la frontera ?¿Siendo este mecanismo un ente jurídico, en donde la noción de la extraterritorialidad aduanera puede ser un impulsor y agilizador de empeños para conjugar otras motivaciones empresariales y generadoras de empleo, debemos fraccionarlo y limitarlo? No es lógico, ni concebible que el Ministerio de Comercio Exterior, la Gobernación del Departamento, la Alcaldía de Cúcuta y la propia Cámara de Comercio de Cúcuta, quienes pudiendo acentuar y promover el desarrollo y la presencia de mecanismos tutelares de la gestión empresarial en el eje más vital de la frontera, socaven, toleren y vulneren lo tan arduamente conseguido por la ciudad y la región, en años anteriores.

¿Por qué estas medidas no se le aplican a Buenaventura, Barranquilla, Cartagena o Santa Marta? ¿Donde esta nuestra representación regional y citadina, que capte, advierta y defienda, la realidad de nuestro destino? ¿Por qué el silencio, de tantos?¿ Alguien, ha evaluado en lo que podemos estar disgregando, recortando y hasta perdiendo ?

Sí, si seguimos como vamos y nos quedamos como estamos, nunca llegaremos a lo que todos anhelamos.

Por José Neira Rey