Recordando a Monseñor Jaime Prieto Amaya
Como defensor de los derechos humanos y un ilustre miembro de la Iglesia será recordado monseñor Jaime Prieto Amaya, fallecido en la noche del miércoles en Bogotá. Prieto se desempeñaba desde febrero de 2009 como obispo de Cúcuta, en Norte de Santander. Estudió bachillerato en el Seminario Menor de Bogotá, y Filosofía y Teología en el Seminario Conciliar Mayor de la capital. Tomó cursos de Sociología Pastoral en el Centro Internacional de Sociología de Roma y era licenciado en Ciencias Sociales del Instituto Católico de París. El 14 de agosto de 1965 fue ordenado sacerdote en la diócesis de Facatativá. Antes de ser nombrado cabeza de la Iglesia en Cúcuta por Benedicto XVI, trabajó durante 15 años como obispo de Barrancabermeja (Santander), zona que estuvo plagada de paramilitares y guerrilleros. Allí se enfrentó con entereza y paciencia a la realidad del conflicto. Por eso mismo se destacó como un gran conciliador en medio de la violencia. Fue presidente de la junta directiva del Consorcio Desarrollo y Paz para el Magdalena Medio, de la Comisión Episcopal de Seguimiento del Proceso de Paz con el Ejército de Liberación Nacional (ELN) y de la Mesa Departamental por la Paz. El insigne eclesiástico murió a los 69 años en la Clínica Colombia de Colsánitas, donde se encontraba hospitalizado hace dos semanas. Sin duda, la Iglesia pierde a uno de sus grandes representantes y a un hombre que se supo ganar el respeto y el cariño de las comunidades con las que trabajó.
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