Pelea 'a muerte' por 20 curules pendientes

Andrés Guerra se fue a 32 mezquitas del Medio Oriente, en busca de evidencia de que Fuad Rapag, su rival, es extranjero y el senador Juan Carlos Vélez revisó toda la votación de Bogotá.

Lo anterior, para probar ocultamiento de mesas. Y el Congreso aún no está listo.

Así las cosas, los archivos de mezquitas y seis iglesias católicas de la localidad palestina de Beit Jala fueron esculcados durante mes y medio por el candidato paisa al Senado del partido de 'la U' Andrés Guerra y por uno de sus asesores.

La exótica tarea, que costó 40 millones de pesos, tuvo como fin ubicar los registros de nacimiento del candidato del Magdalena Fuad Rapag Matar y de sus padres, para intentar demostrar que es extranjero y que, por ende, no puede acceder a una curul en el Senado.

Guerra -a quien le faltan 2 mil votos para ser congresista- declaró como objetivo a Rapag luego de que este se quedó con la curul que él iba ganando en el boletín 42 de la Registraduría: "Escrutado el 93,8 por ciento, era mía. Pero les empezaron a aparecer votos a Rapag y a otros tres candidatos", dice Guerra quien está seguro de que hubo fraude y de que son autoridades judiciales y no electorales las que deben intervenir.

Pero él no es el único que se resiste a aceptar que sus contendores ganaron y que tampoco piensa esperar los resultados de los escrutinios de las elecciones del 14 de marzo que, según el Consejo Nacional Electoral (CNE), se conocerán en 15 días y afectarán a al menos 20 curules.

El senador de 'la U', Juan Carlos Vélez destinó a seis personas de su equipo para que revisaran la totalidad de la votación de Bogotá y probaran que en la capital le quitaron parte de los 10 mil votos que, dice, se le esfumaron.

Después de semanas de chequeo, Vélez dice tener la prueba de que la Registraduría ocultó los resultados de 556 mesas en las que hubo cien mil sufragantes.

"Me tumbaron en todos los departamentos y creo que esos son los votos que están vendiendo", le dijo el senador a EL TIEMPO y dejó la constancia de los hechos en una de las plenarias de esta semana.

Otra vez el sindicato

Y aunque tiene su curul asegurada, le acaba de pedir a la justicia que individualice a los funcionarios de la Registraduría que estarían implicados: "Es vox populi en el Congreso que, gente que se identifica como de su sindicato, ofertó paquetes de mil votos por cien millones de pesos", dice Vélez.

El conservador Arturo Yepes, cuyo ingreso al Senado depende hoy de tan solo 200 votos, también se cansó de denunciar en los medios y optó por el terreno penal.

Hace una semana, llevó a la Corte Suprema información que, según él, indica que sus votos le fueron endosados a los hoy congresistas Carlos Barriga, de Norte de Santander, y Alfredo Cuello Baute, del Cesar.

Y tanto él como Guerra dicen que fueron contactados para que pagaran varios millones y les aparecieran entre 1.200 y 1.500 votos en los escrutinios.

Ante esta serie de denuncias y ante la demora en los resultados finales, la Corte Suprema decidió asumir la tarea de individualizar a los congresistas implicados: "Ya hay varios nombres y las investigaciones avanzan", dijo el viernes el presidente (e.) del alto tribunal, el magistrado Jaime Arrubla.

Cero investigaciones

El Registrador, Carlos Ariel Sánchez, sin embargo, prefiere esperar que los escrutinios arrojen con más precisión si lo que están afirmando las denuncias de algunos candidatos tienen asidero.

"Si es así, y el CNE toma medidas, la Registraduría procederá, aunque hay un universo de 35.000 personas, entre funcionarios y contratistas y, por ahora, no hay ninguna queja e investigación interna por esta causa", explicó.

Por su parte, el presidente del sindicato de ese organismo, Daniel Bohórquez -blanco de varios señalamientos-, dice estar tranquilo: "Para mí, personas inescrupulosas son las que están poniendo el nombre del sindicato en tela de juicio y se están parapetando para poder sacarles dinero a esos candidatos".

Lo cierto es que los señalados -entre ellos Barriga y Rapad- ya están hablando de contrademandar dentro de esta guerra por las curules, y la entrega de credenciales aún se demorará 29 días más.