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miércoles, 15 de octubre de 2008

16 niños del Tarra viajaron a Bogotá


8:30 de la mañana, el capitán indica “Abrocharse los cinturones, nos disponemos a aterrizar en la Ciudad de Bogotá” la tensión emerge, la ansiedad carcome y el sueño vive “Hemos llegado, siii” se abre la escotilla y se da paso al inicio del tan esperado viaje. Allí son recibidos por el intenso frío, de inmediato sus pieles se erizan, sus labios se tensionan y las manos se tornan heladas, pero la emoción alimentada de adrenalina y calor innato de los habitantes de El Tarra opacan dichas molestias.

Sus ojos no dejan de mirar la inmensidad de las calles, las concurridas avenidas, los fantásticos carros, cada metro recorrido por su pupila refleja en sus rostros la inmensidad de un país para ellos desconocido, sorprendidos ante la grandeza de una bella y congestionada ciudad de concreto, contrasta con la sórdida y árida tierra que los vio nacer.

Inesperadamente el ambiente se torna de colores, y fluyen escandalosamente aquellos gritos citadinos que provienen de cada esquina de la ciudad de hierro. Ellos sorprendidos ante la situación provocada por los monstruos mecánicos que emergen del frío suelo capitalino, deciden ser dominados por tan eufórica situación, felizmente dominan los gigantes y gozan a plenitud de las mieles de la sonada “Mundo Aventura… Un mundo lleno de aventuras inexplicables”.

Las horas pasan, los segundos se esfuman, los días se agotan y la felicidad cada momento es más grande, los museos, parques naturales, zonas temáticas, canales de televisión y la inmensidad del Cerro de Monserrate alimentan su estadía y derriten cada vez más su novata impresión. Los pequeños recorren cada sitio de la moderna e industrializada capital de la república colombiana, algunos quizás dejando allí sueños precoces acerca de su destino en el largo trayecto de la vida, y otros simplemente recordarán un viaje ameno y fantasioso que en algún momento formó parte de su infancia.

Nuevamente los pequeños habitantes de El Tarra llegan a la cálida y arborizada Cúcuta, dispuestos a continuar su destino final, llegar a su tierra que los prestó durante ocho días para que salieran de su realidad y conocieran otras formas de ver y llevar la vida, que conocieran un mundo lleno de ilusiones y contrariedades.

La Gobernación del Norte de Santander seguirá con el apoyo logístico al programa “Conoce Colombia” auspiciado por el Ejercito Nacional, el cual tiene previsto para el año siguiente llevar más niños de la Zona del Catatumbo a que conozcan un pedacito de Nuestro País y que en esta oportunidad brindó nuevas experiencias a 16 niños de El Tarra.

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