martes, 16 de octubre de 2007

Colas Productivas

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Nada de lo imaginado por ustedes es esa cola. Son personas, acudiendo a una caja de pago de giros, a cobrar un dinero enviado desde Venezuela, por un familiar en primer grado de consanguinidad. Para los lectores que desconocen el tema, les explicaré, como es esta legítima operación. Al familiar residente en Venezuela, se le consignan en una cuenta en ese país dos millones de Bolívares (llamémoslo capital semilla). Sobre estos dineros, CADIVI (control de cambio venezolano), le asigna un cupo máximo de 930 dólares (310 dólares por cada familiar, no superando tres personas). Restando la comisión de la oficina de giros (20 Dólares por persona) queda un neto, cobrable en Cúcuta, 870 dólares, que recibirán las tres personas. En Pesos reciben 1.827.000, que llevados a Bolívares son 3.730.000, con una inversión de 2.000.000 de Bolívares, produce una utilidad de 1.730.000 Bolívares. Esta operación es solo una vez al mes, pero se puede repetir mes a mes, consignando nuevamente el capital semilla.

Creo, amables lectores, les ha quedado claro el porque del título de mi escrito: “Las colas productivas”. Adicionalmente esta operación como muchísimas otras legales de frontera, confirman lo dicho insistentemente: “Nuestro embajador en Venezuela, igual que los representantes en cuerpos consulares fronterizos y en comisiones de vecindad, deben ser hombres de frontera; no por el prurito de su origen, sino por el conocimiento que se tiene de los problemas y oportunidades de la misma”.

Colaboración de: Alfredo Yañez Carvajal

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