jueves, 14 de junio de 2007

Cúcuta sin agua

La falta de agua en Cúcuta crea una emergencia sin precedentes


Cúcuta está sin agua desde el pasado 2 de junio, cuando un derrame de petróleo se derramó por las aguas del río Pamplonita. (Fotos: Cortesía diario La Opinión- Erika

Aunque ya se abrieron las llaves del acueducto El Pórtico, el agua todavía no llega a la capital nortesantandereana que está seca desde el pasado 2 de junio por un derrame de petróleo en el río Pamplonita. Dos expertos analizan la situación

Por *Carmen Leonor Barajas y **Carlos H. Florez GóngoraFecha: 06/13/2007 -

De las diversas crisis que ha padecido la ciudad de Cúcuta a lo largo de su historia, la de hoy es una verdadera hecatombe: El derrame de 10 mil barriles de petróleo sobre la fuente hídrica mas importante de la ciudad, aguas arriba de la bocatoma que surte de agua a la planta de tratamiento El Pórtico, la cual produce 1.600 litros por segundo que se distribuyen entre más del 70 por ciento de los habitantes del Valle del Río Pamplonita, constituye sin lugar a dudas un problema complejo que, de no resolverse a tiempo y con las mejores técnicas que existan para ello, la vida de la ciudad podría fracturarse a corto plazo.
La gente de Cúcuta debe prepararse para una dura batalla: la ciudad sin agua. La empresa que tiene la concesión de producir y distribuir el líquido en la ciudad no podrá producir un litro de la misma en su planta de tratamiento El Pórtico, por cuanto aún no se garantiza la limpieza absoluta y total del área de derrame de crudo. El peligro consiste en que el petróleo es un complejo de hidrocarburos que contiene más de mil sustancias químicas diferentes. Una de ellas es el Benceno, un cancerígeno grado 1. La otra es el Tolueno, que produce mutación en las células vivas y afecta el desarrollo embrional y fetal de los humanos (R. Guerra, FUNAM, 2007), es decir, la importancia de la contaminación por los diversos compuestos del petróleo está determinada por sus características mutagénicas, carcinogénicas y tóxicas (Lopolito F, 2005), lo cual indica que la producción de agua potable para consumo humano y las diversas actividades de la ciudad se encuentra seriamente comprometida.
Las instituciones que atienden la crisis deben establecer fuera del plan de contingencia, una metodología para estudiar y monitorear el problema y a partir de allí buscar posibles soluciones. La experiencia en este tipo de desastres ha permitido identificar varias acciones. Cuantificar los niveles de hidrocarburos totales en agua y hacer análisis para detectar la presencia de hidrocarburos aromáticos polinucleares (PAH, por su nombre en inglés); comparar los valores medidos contra normativas establecidas en varios países (la normatividad colombiana no presenta valores específicos para estos compuestos); estudiar la evolución del proceso de degradación de los residuos mediante el análisis detallado de la composición de los hidrocarburos y el uso de biomarcadores específicos y analizar la bioacumulación potencial de los hidrocarburos en la redes tróficas locales utilizando datos del agua, sedimentos y peces. Sólo de esta manera podrá tenerse un cuadro completo de la complejidad del problema y tomar las acciones pertinentes.
Para minimizar el impacto de los derrames de petróleo varias técnicas han sido establecidas; los métodos mecánicos y físicos incluyen las barreras, las desnatadoras y la remoción de suelos y material vegetal contaminado. Las técnicas químicas utilizan los surfactantes, los cuales deben ser escogidos teniendo en cuenta el medio en el cual van a actuar.
Una opción importante para considerar son los materiales sorbentes (naturales o sintéticos) los cuales permiten recuperar el contaminante coadyuvando de esta manera a mejorar la calidad del agua mediante procesos de adsorción y absorción. Así mismo los procesos biológicos han demostrado una gran eficiencia en la recuperación de sistemas contaminados con petróleo. Este proceso se denomina bioremediación y es utilizado como un tratamiento secundario.
Como puede observarse existen diversas opciones de tratamiento, pero son opciones que deben analizarse cuidadosamente dependiendo de las circunstancias específicas del sitio impactado. Adicionalmente, la tarea de recuperación del río de los efectos nocivos del derrame, será una actividad dispendiosa, cuyos resultados serán vistos no en días y posiblemente no en pocos meses.
Queda para Cúcuta una reflexión importante; la fragilidad del sistema de suministro de agua de nuestra ciudad es evidente y las voces que se alzan en nuestra comunidad en busca de opciones diferentes se hacen en este mismo instante mandatarias. Cúcuta, una ciudad en crecimiento requiere soluciones definitivas. La ciudad sin agua será todo un caos.
(*)Ingeniera Química, MSc. PhD. Ciencias Ambientales. Directora del Grupo de Investigación FLUTER, Profesora del Departamento de Fluidos y Térmicas de la Universidad Francisco de Paula Santander, San José de Cúcuta. (*)Ingeniero Civil, MSc. en Geotecnia. Decano de la Facultad de Ingeniería de la UFPS.

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