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domingo, 8 de agosto de 2010

El despertar hacia un nuevo amanecer


1.- El discurso de posesión del Dr. Juan Manuel Santos, como Presidente No 59 en la historia de Colombia, no solo fue apropiado y consecuente con el momento que vive la nación, sino de muy oportunas, diáfanas y precisas consideraciones y valoraciones, sobre las interacciones en el campo nacional, como en de las relaciones, expectativas, obligaciones y compromisos internacionales.

Lo que expuso, denotaba que era producto de sus particulares experiencias y vivencias y para un reto ,despertar ó nuevo amanecer, como lo necesita y pide nuestro país y todo el contexto Latinoamericano, en nuestro Continente.

Y el expresar, que quiere un dialogo directo, sincero y pronto, sin intermediarios y con las representaciones titulares de los gobiernos vecinos, para solucionar las situaciones y casos por resolver, baja la tensión y ubica las opciones, dentro de parámetros que pueden permitir entendimientos, así hayan diferenciaciones y hasta matices distintos en cuanto a las visiones de perspectiva y desarrollo, de cada Estado.

Porque es esa, una actitud inteligente y el paso conducente a diálogos comprometedores y a la estructuración de transformantes y auténticas políticas de Estado –que en mucho se requieren -, en las fronteras – y, especialmente en esta, la nuestra o sea la central con Venezuela –debemos recibir estos avances, con satisfacción y esperanzas.

Pero, además, abriendo los ojos y haciendo de esta oportunidad, la ocasión propicia para cambiar de actitudes y conductas, mediante una toma de conciencia que comprometa a todos los sectores de nuestra sociedad ,para que el estudio, definición, propuesta y manejo de las soluciones para nuestra región, tengan el sello de la identidad y el verdadero sentido de pertenencia.

2.- ¿Por qué? Porque aquí no podemos, ni debemos aceptar más improvisaciones, reuniones aisladas y propuestas sin análisis y proyección de posibilidades; porque, lo que necesitamos es que la descentralización administrativa y el apoyo presupuestal, sean ciertos; porque lo vial e infraestructural, sin olvidar los servicios esenciales, no se pueden postergar y porque la representación y participación en el gobierno, debe tener un mejor trato y una atención más integral y urgente.

En una sola expresión: Porque necesitamos romper y salir del letargo dirigencial y representativo, que mantiene a la región en suspenso y por titubear con salidas temporales y parciales que no van al fondo de los problemas esenciales, ni promueven medidas y soluciones permanentes, que permitan visiones y trazos futuristas dentro de una noción de vida y accionar con más arraigo y firmeza, que sea –igualmente- impulsora de empleo, capacitación, ahorro, industrialización y estabilidad socio económica y política..

3.- La suerte y perspectiva de esta faja territorial tan importante – y, de tantas proyecciones, por su ubicación estratégica y geopolítica – exige –si se quieren aciertos- de un replanteamiento en sus cuadros de dirección y comando, una evaluación muy detenida y responsable en la representación de los diferentes partidos políticos, así como una ponderada y renovada composición en el sector privado de los cuadros directivos en gremios, asociaciones profesionales y laborales, sin descuidar o abandonar todo lo referente a la estructura operativa y de capacitación en nuestras universidades, institutos, colegios y escuelas.

Reconocer, que hemos fallado – y muchas veces – por vacíos humanos y por la carencia de un trabajo concertado y en equipo, más la falta de ordenamientos programáticos, en planes y proyectos bien debatidos y respaldados, es empezar a comprender que jefe, no es el político, ni el agente público de turno, sino el que da soluciones y abre la participación y el horizonte, para que la presencia y las actuaciones, tengan resultados positivos. Y, así, la región emerja y pueda potencializar y encaminar su ansiado progreso.

Y, todo esto, hay que cumplirlo y exponerlo, sin temor ni vacilaciones, y con argumentos serios y constatables al Presidente Santos y a su equipo.

¿ Para qué ? Para que haya un feliz despertar y un nuevo amanecer, porque si seguimos como vamos y nos quedamos como estamos, nunca llegaremos a lo que todos anhelamos.

Por : José Neira Rey


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