Rafael Antonio Sepúlveda Lara, de 41 años, era de la junta directiva del Sindicato de los Trabajadores de la Salud en Norte de Santander y gerente de la farmacia del Hospital Mental Rudesindo Soto.
El homicidio ocurrió el sábado a las 9:30 p.m. cuando Sepúlveda se encontraba sentado con su compañera a la entrada de su residencia, ubicada en la calle 0 con avenida 1E del barrio Quinta Bosch, un sector residencial de la ciudad a donde llegó un sicario que le disparó en repetidas ocasiones.
Según testigos, el homicida recorrió el barrio minutos antes en compañía de una mujer y luego del crimen habrían sido recogidos en un vehículo color rojo, para darse a la fuga.
Aún con vida, el trabajador de la salud fue trasladado por una patrulla policial al Hospital Universitario Erasmo Meoz, donde falleció minutos más tarde.
Sepúlveda llevaba 18 años vinculado al Hospital Mental, en Cúcuta y era padre de cuatro hijos. Las autoridades iniciaron las investigaciones con el fin de esclarecer los móviles del asesinato.
En Norte de Santander han muerto en similares circunstancias siete activistas sindicales en los últimos dos años y actualmente hay 30 amenazados por grupos armados ilegales.
El informe anual de la Confederación Sindical Internacional (CSI) señaló recientemente que Colombia continuó siendo en 2008 el país más peligroso para desarrollar una actividad de defensa de los trabajadores, ya que, de los 76 sindicalistas asesinados en todo el mundo durante ese año, 49 eran colombianos.
Esta cifra supera en diez la del año anterior, pese a que en todo el mundo el número total de muertes en este sector disminuyó respecto a 2007, cuando se registraron 91 asesinatos.
Pese al alto número de muertes de sindicalistas colombianos, el texto denunció que la violencia contra las organizaciones de trabajadores y sus miembros queda "impune", como consecuencia de unas "sentencias condenatorias ínfimas".
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