El TLC, otro falso positivo

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Las ejecuciones extrajudiciales de cientos y posiblemente miles de colombianos desvalidos no han sido el único falso positivo de este gobierno; ha habido hechos abominables presentados como grandes logros para fines loables. En tal sentido el TLC firmado con Estados Unidos-EU- y con la Asociación Europea de Libre Comercio (Islandia, Suiza, Noruega y Liechtenstein) -AELC- también constituyen actos nocivos para la inmensa mayoría de colombianos, pero son pregonados como grandes progresos.

Puede sorprender esta comparación puesto que las ejecuciones extrajudiciales constituyen crímenes de lesa humanidad por parte de agentes del Estado, cuya gravedad es insuperable por tratarse de la vida misma. Pero en el TLC y el AELC,-éste último aún no aprobado por la Corte Constitucional-, también reposan graves amenazas para el bienestar y los derechos fundamentales de los colombianos, incluida la salud y por ende la propia vida de los más vulnerables.

Como en los casos de ejecuciones extrajudiciales han sido múltiples las denuncias y advertencias de distintos sectores sociales que el gobierno se ha negado escuchar. Resulta además inevitable hacer comparaciones entre estos falsos positivos, pues en ambos el lenguaje utilizado para descalificar a quienes denunciaron el daño que se infligiría a la nación colombiana es el mismo.

Las organizaciones de derechos humanos que denunciaron las desapariciones y ejecuciones extrajudiciales fueron calificadas de “terroristas vestidos de civil”, así como la lucha de los indígenas, uno de cuyos principales puntos es su rechazo al TLC, es estigmatizada aduciendo que está guiada por las FARC.

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