miércoles, 24 de septiembre de 2008

425 niños sin colegio porque Alcaldía de Cúcuta vendió instalaciones del plantel donde estudiaban

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En la Escuela Urbana No. 16, una de las sedes alternas del Instituto Técnico de Comercio, se planea construir un centro comercial. El municipio no sabe dónde situar a los niños.

La venta se realizó el 19 de julio del 2007 entre el entonces alcalde de Cúcuta, Ramiro Suárez Corzo, con los comerciantes y hermanos Holguer Vanel, Francisco Rogelio y Jesús Leonardo Conde Reyes, y con Ana Lucía Reyes Quintero.

La construcción del centro comercial fue autorizada por Planeación municipal.

Pese al retraso de cerca de un año en la entrega de la casona, que tiene un área de 584 metros cuadrados y fue vendida por 577,5 millones de pesos, sus nuevos dueños no se han acercado a reclamarla.

En ese sector, los precios del metro cuadrado oscilan entre 900.000 y 2'400.000 pesos.

La gran duda es si Suárez Corzo abusó de las facultades que le dio el Concejo para negociar bienes "que no se encontraran destinados a la prestación de servicio público alguno, ni que se requirieran para satisfacer servicios bajo responsabilidad del ente territorial". Ningún organismo de control está investigando el caso.

En noviembre pasado, la ex alumna del plantel y madre de familia Yolima Ramírez, instauró una acción popular ante el Juzgado Primero Administrativo de Cúcuta para frenar la entrega del colegio, alegando que se trataba de un bien destinado a la prestación de un servicio público, pero a la fecha no ha sido fallada.

El presidente de la Asociación de Padres de Familia, Carlos Arturo Celis, asegura que circulan versiones en las que se rumora que el Municipio reubicará el colegio en una casa arrendada, a lo que ellos se oponen.

"Queremos que nos garanticen una buena sede y educación para nuestros niños, como cosa primordial, porque quieren meternos en arriendo en cualquier hueco y así no se puede", advierte Celis.

El rector del Instituto Técnico Nacional de Comercio, Sócimo Ramírez, cuestiona el negocio que tiene en el limbo el futuro académico de los niños, que pertenecen a los grados de transición a tercero de primaria y que estudian en doble jornada.

"En vez de haber comprado otra sede para trasladar a los niños, hicieron lo contrario: vendieron para después pensar dónde reubicarnos", dice Ramírez.

Y aunque la alcaldesa, María Eugenia Riascos, asegura que el colegio no se acabará, tampoco despeja las dudas: "No voy a sacar a los niños a la calle; entregaremos la sede cuando haya una nueva, pero este año es complicado".

EL TIEMPO buscó infructuosamente en sus negocios y teléfonos a los nuevos dueños de la casona para recoger su versión del negocio.

El negocio

El 15 de diciembre del 2006, el Concejo autorizó al Alcalde para que ofreciera y enajenara bienes del municipio hasta por 20.000 millones de pesos, con la condición de no afectar la prestación de servicios públicos.

El 16 de marzo del 2007, la Alcaldía publicó la licitación 003 por la cual dio a conocer la venta del inmueble. El 28 de marzo de ese año publicó los pliegos de condiciones.

El negocio se concretó el 19 de julio, cuando Suárez vendió 49 por ciento del predio a Ana Lucía Reyes, y 51 por ciento a los hermanos Holguer Vanel.

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