Al menos 10 familias decidieron dejar todo atrás y desplazarse hacia Ocaña, Norte de Santander.El temor a una nueva incursión de la guerrilla, que el viernes 18 de marzo atacó con cilindros bomba la estación de Policía, causándoles la muerte a tres civiles, los llevó a tomar la decisión para mantenerse a salvo de los grupos armados ilegales.
Entre los desplazados hay familiares de Wílmar Machado, Ariela Méndez y su hija de dos años, las víctimas del atentado terrorista, que no soportaron la idea de un nuevo ataque de la subversión y resolvieron salir del pueblo para evitar cualquier riesgo.
"Lamentablemente no quisieron quedarse porque temen retaliaciones de grupos al margen de la ley que operan en esta región", dijo Nelson Arévalo, personero de San Calixto.
En Ocaña, los núcleos familiares debieron acudir a la Unidad de Atención y Orientación a la Población Desplazada (UAO), donde expusieron sus situaciones y pidieron protección. El ataque dejó 10 viviendas destruidas y otras 70 afectadas.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario