Cúcuta tendrá Hogar de Paso

El Instituto Colombiano de Bienestar Familiar (ICBF), donó al Municipio de Cúcuta, un inmueble para que funcione el hogar de paso, que albergará a niños, niñas y adolescentes, de forma temporal.

La firma de las escrituras se llevó a cabo por el director del ICBF, Esteban Eduardo Jaimes y la Alcaldesa de Cúcuta María Eugenia Riascos Rodríguez, en presencia de los magistrados de los tribunales Contencioso Administrativo, Seccional de la Judicatura y Superior de Cúcuta, miembros del Comité para la Niñez y la Infancia.

El hogar de paso está ubicado en Atalaya, en la antigua sede del ICBF, la cual será adecuada debidamente para albergar a los niños y niñas menores de 18 años que sean encontrados por las autoridades fuera de los hogares a altas horas de la noche, consumiendo licor y drogas.

“Es una nueva bendición que nos da Dios, porque de esta manera, con la donación podremos atender efectivamente y de forma oportuna a nuestros niños y jóvenes, mientras sus padres se ponen al frente de las diversas situaciones y responden directamente por los menores”, dijo la Alcaldesa.

Esteban Eduardo Jaimes, director del Instituto Colombiano de Bienestar Familiar, dijo que se hizo un gran esfuerzo al entregar el inmueble, ya que el hogar de paso es una necesidad sentida para la ciudad.

“La idea es que en este hogar de paso, los muchachos y niños, permanezcan máximo ocho días, ya que en este tiempo debe haberse definido la situación, es decir los padres deben haber asumido la responsabilidad que le corresponde. De otra manera, si no aparecen los responsables y los padres no pudieran hacerse cargo de sus hijos, el ICBF tomaría las medidas correspondientes”, precisó Jaimes.

En la actualidad Cúcuta no cuenta con un espacio que preste esas características, a donde se pueden llevar los jóvenes infractores. Por eso la Administración Municipal asumió los gastos de adecuación del establecimiento para que se ponga rápidamente en funcionamiento y las autoridades de Policía, especialmente, puedan conducir a los jóvenes infractores y menores de edad desprotegidos, al hogar, donde estarán seguros y atendidos por profesionales.

Una vez entre en funcionamiento el hogar, quienes lleguen al sitio recibirán apoyo sicológico, logístico y alimentario, en un ambiente adecuado de protección.