Ante la realidad de los hechos

1.- Definitivamente, el desconocimiento de la realidad fronteriza y de las necesidades más apremiantes y básicas por parte de los gobiernos centrales, se ha puesto de manifiesto y de manera notoria, en esta emergencia y ante el no comprender la importancia de acciones conjuntas y de implementar auténticas políticas de Estado, que generen empleo , mejoren la infraestructura básica y proyecten estas regiones hacia la industrialización, el avance tecnológico y la variación de actitudes y conductas, porque es en lo humano y vivencial, donde están los problemas y mayores complejidades.`por resolver. Y, si eso es cierto y demostrable, también es evidente, que los vacíos en el manejo de nuestras aspiraciones, por quienes han asumido esa representatividad – y, sin consultar todas las fuentes, ni repasar experiencias y planteamientos, conjugándolas con las actuales coyunturas -, demuestra, sin lugar a equívocos, descoordinación y ligereza de nuestros directivos con el gobierno central y con nuestra propia gente, al aceptar hechos y situaciones, que no son las que requerimos. Además, surge la clara constatación, que la política y los políticos electoreros, jamás podrán sustituir a los legítimos voceros del sector privado, en el manejo de sus actividades, gestiones y negocios, ni a quienes con noción y concepción visionaria y de perspectivas , entienden y sustentan el verdadero sentido y alcance de la política y de las urgencias binacionales de estos territorios de contacto, que poseen una historia integracionista ejemplar, incuestionable y llena de intenciones y proyectos de gran calado ,lamentablemente, no respaldados por los Ejecutivos y Legislativos nacionales.

2.-Que los propios gobernantes que desarticularon, minimizaron y fraccionaron la Zona Franca de Cúcuta -o sea el mecanismo de comercio exterior ,que obtuviéramos con el concurso y asistencia de legítimos exponentes -con idearios internacionalistas-, como lo fuera, el recientemente fallecido ideólogo Dr. Hernando Agudelo Villa -, ahora actúen ligeramente y sin evaluar lo que le puede suceder a una zona fronteriza, si no se tienen en cuenta factores y elementos de juicio válidos e insustituibles, es obrar sin tino y sin el respaldo de quienes deben arar el terreno, fertilizar el campo y darle estabilidad a sus iniciativas y prospectos.

Las zonas fronterizas, son áreas muy distintas entre sí y ellas exigen, por ello, atenciones y consideraciones especiales. Generalizar, y obrar pretendiendo acciones descentralizantes, pero sin evaluación y confrontación de posibilidades, es continuar en el error y provocar más expectativas y frustración, porque si hay algo abandonado y dejado al garete de la improvisación, es todo lo atinente a fronteras. Y, especialmente en la zona central de la colombo-venezolana. Y, en esto, la prensa, la radio y la TV ,- de los dos países - también tienen su falla y obligación por enmendar, porque hay titulares y bosquejos, pero no seguimientos y profundización suficientes, sobre lo que hay y esta aconteciendo.

3.- Por tratarse de hechos y acontecimientos muy delicados y complejos, desde esta columna – y, por muchas veces-- hemos insistido en la conveniencia y favorabiIidad de una COMISION EXTRAORDINARIA Y ESPECIAL FRONTERIZA, seleccionada e integrada por los más versados y actualizados exponentes y con el obvio respaldo , para que en un tiempo prudencial sometan a los ejecutivos nacionales de los dos `países, lo que nos urge y en verdad nos es imprescindible, porque las fronteras son áreas y zonas, para tratamientos más procedentes y de mayor proyección.

La simple lectura de las conclusiones del Comité Coordinador de Comercio Exterior que se estableciera en 1992 cuando era Ministro de esa cartera, el ahora electo Presidente de Colombia Dr. Juan Manuel Santos ó un simple repaso a lo existente sobre estas fajas territoriales, otorgaría muchas luces a lo que se puede y debe hacer. .Infortunadamente, predomina el espectáculo de las reuniones aisladas y politizadas por los resultados electorales, cuando lo fundamental, es: la ilustración, el análisis, la mayor participación posible y el predominio de lo prioritario, para los incuestionables respaldos, que son menester.

Porque nuestro mayor problema, es humano. La solución -en gran medida-, depende de nosotros mismos.

Por: José Neira Rey