lunes, 7 de junio de 2010

Asesinan a cuatro colombianos en hechos aislados en la frontera venezolana


A escasa 24 horas del asesinato de un presunto paramilitar y del dueño de un auto partes para carros, ocurrido el sábado en Ureña, otro doble crimen sacudió ayer en esta población fronteriza.

En esta oportunidad, las víctimas fueron el adolescente de nacionalidad colombiana Jesús Alberto Morales Gamboa, de 17 años de edad y quien residía en Cúcuta, y un desconocido que lo acompañaba, de aproximadamente 21 años, de piel blanca, contextura delgada y una estatura aproximada a un metro con 70 centímetros.

Ambos fueron acribillados este domingo, a las 3:50 p.m., a 50 metros de una trocha que conduce a Cúcuta, denominada 'La Mona', muy cerca de donde el sábado fueron asesinados el colombiano Javier Alexander Arias Arias, de 31 años y residente en Cúcuta, lo mismo que Pedro Chinchilla Sepúlveda, de 45 y de nacionalidad colombo-venezolana, residenciado en Cúcuta propietario del almacén de repuestos en Ureña.

La mayoría de los balazos se les apreciaron en la cabeza y a Morales Gamboa se le halló una granada que tenía en la mano derecha y que se presume que no pudo activar contra sus verdugos.

Nadie vio nada, supuestamente, se escucharon unas detonaciones y cuando los vecinos salieron a la calle se encontraron con los dos cuerpos en plena calle. No se descarta que los dos crímenes estén vinculados.

Al sitio llegaron comisiones de la Policía del Táchira, al mando del inspector jefe Édgar Belandria; de la Guardia Nacional, encabezados por el capitán Carlos Chirinos y del Cuerpo de Investigaciones Científicas, Penales y Criminalísticas (Cicpc) en Ureña, al mando del inspector Salcedo, quienes se encargaron de asegurar el artefacto explosivo y de colectar gran cantidad de conchas calibre 9 milímetros.

De manera paralela, mientras tramitaban el traslado de los cadáveres a San Cristóbal, las autoridades, de manera conjunta, reforzaron el dispositivo de seguridad y de búsqueda de los asesinos que desde el sábado se mantenían en la zona.

A juicio de los pobladores de la zona, con este nuevo crimen se confirma la existencia de una guerra entre bandas enemigas que pugnan por el control de la zona y no desestiman que sea una forma de alterar la paz que había retornado al municipio Pedro María Ureña.

"Se les hace fácil. Vienen a Ureña, matan y huyen por la trocha; en menos de cinco minutos están en territorio colombiano; esa es la ventaja que tienen, estar tan cerca de los límites entre los dos países", dijo un vecino de Ureña, quien fue consultado sobre los casos.


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