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domingo, 9 de mayo de 2010

En torno a las elecciones


Voy entendiendo qué son las “cavilaciones “. Se trata de un estado de ánimo en donde “ni fu ni fa”. Es el “si, pero” es decir, el colmo de la indecisión. Se trata de orientar como Obispo a mi comunidad eclesial sobre las próximas elecciones presidenciales. Creo en mi deber de pastor sí, pero, discúlpenme. No quedé muy contento con la pasada jornada electoral en donde aspirábamos a una verdadera renovación del Congreso de la República.

Las mismas trampas pero más sofisticadas, la misma compra de votos pero más compleja para evitar cualquier fracaso, los mismos sancochos pero más aguados, las mismas tejas. Créanme, los que en estos vicios cayeron no le han hecho ningún bien a la democracia y a sus instituciones. Sufrimos en Colombia, en muchas regiones un buen retroceso. Nos sentimos avergonzados por muchos nefastos ejemplos que cruzaron el umbral internacional.

Han defraudado los que así obraron nuestra buena fe, nuestra dignidad de seres humanos. ¿Serán capaces los nuevos padres de la patria de plantear una verdadera renovación del Congreso?

A pesar de todo, nos dirigimos a pasos agigantados a la elección del próximo Presidente de la República. Hasta ahora se nota la gran polarización del pueblo colombiano, auspiciada también por los grandes medios responsables de la formación de la opinión pública. Sin embargo, encuentra uno algunas ventanas abiertas, capaces de enfrentar de otra manera, responsablemente, el ejercicio de uno de los grandes derechos democráticos como lo es el voto.

Cómo quisiera poder tener a los candidatos aquí en Cúcuta para que debatan abiertamente sobre el problema fronterizo, sobre el problema agrario, sobre megaproyectos, sobre prioridades de nuestro departamento del Norte de Santander. Temas concretos que exigen análisis concienzudos, diagnósticos objetivos y planes de acción consecuentes. Atención, cuatro años perdidos para nuestro departamento nos pueden conducir a una especie de ostracismo social. Nuestro voto vale. Seamos responsables.

+ JAIME PRIETO AMAYA
Obispo de Cúcuta


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