El singular hurto se presentó en la Iglesia San Martín de Porres, ubicada en el noroeste de la capital nortesantandereana, en medio de la multitud que en ese momento asistía a la ceremonia litúrgica.
En un descuido de la persona que amenizaba la celebración católica, los ladrones aprovecharon para llevarse el instrumento musical, si que nadie se diera cuenta de los autores materiales del robo.
Aunque el párroco de la iglesia, Jaime Monsalve, denunció el hecho ante los asistentes ese mismo día y durante el fin de semana, ayer no había aparecido, ni se tenía información sobre el paradero de la organeta.
Las autoridades ya recibieron el denuncio correspondiente y emprendieron las investigaciones en el sector, en busca de los responsables de este hecho, que es visto como un sacrilegio por parte de la mayoría de feligreses.
Frente a la inminente pérdida, desde ya se inició una campaña con el fin de devolverle la organeta a su dueño, para lo cual se pretende realizar bazares y rifas que permitan reunir los 3 millones de pesos que podría valer el instrumento musical, que durante cada eucaristía acompañaba los cánticos religiosos de la tradicional iglesia cucuteña.
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