Las trochas y los caminos entre la maleza fueron las vías más utilizadas por las personas.
Ricardo Ortiz, un cucuteño que vive hace más de 15 años en Ureña, en el estado Táchira (Venezuela), no se quedó con las ganas de votar este domingo en las elecciones parlamentarias, a pesar de que no alcanzó a inscribir su cédula en el consulado de Colombia en San Antonio.
Por eso, a las 7 a.m., se levantó con la intención de ir a Cúcuta y cumplir con su deber ciudadano, pero la sorpresa fue mayor cuando no pudo salir en su carro al hallar cerrada la frontera, según él, inexplicablemente. Como pudo, guardó el vehículo y salió a pie en busca de una trocha con el fin de llegar a su objetivo, sin importarle tener que atravesar el río Táchira y caminar más de tres kilómetros hasta llegar al sitio de votación.
"Esto no había ocurrido nunca. Cada vez que había elecciones en Colombia uno podía pasar en su carro y regresar sin problemas. Muchos, como yo, no supimos que los puentes fronterizos iban a estar cerrados 12 horas y eso nos ha causado muchas molestias, tanto a colombianos como a venezolanos", dijo Ortiz, empresario de telas en el vecino país.
Como él, centenares de habitantes en esta zona de frontera, que no estaban enterados, también se vieron sorprendidos con la medida del Gobierno Nacional de cerrar los pasos fronterizos, de 4 a.m. a 4 p.m., mediante el Decreto 828, firmado el pasado viernes.
Para ellos tampoco fue impedimento cruzar la frontera por la parte baja de los puentes internacionales o a través de los denominados caminos verdes o trochas, sin que ninguna autoridad colombiana se lo impidiera.
La mayoría de agentes de la Policía y el DAS se mantuvieron sobre los puentes Simón Bolívar y Francisco de Paula Santander, donde atravesaron vallas y camionetas y sólo permitieron el paso de peatones con alguna limitación física, así como a niños con sus respectivas madres.
Unos 10.500 colombianos residentes en el estado Táchira estaban ayer habilitados para sufragar en 31 mesas electorales, de las cuales 22 estuvieron ubicadas en la capital, San Cristóbal. Otros 3.200 ciudadanos tenían ocasión de hacerlo en seis mesas instaladas en el Consulado de San Antonio y otras tres en Rubio, poblaciones cercanas a Cúcuta.
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