domingo, 20 de diciembre de 2009

La casa del espanto


En la carrera 4 # 6-65 de Villa del Rosario, Norte de Santander, a unos 500 metros del templo histórico donde en 1821 se creó la Gran Colombia, una familia convive desde hace más de 75 años con una manifestación del más allá…una sombra de aspecto masculino, al parecer del herrero don Eliseo Rodríguez fallecido en 1933 a sus 70 años, espanto que doña Rosa Isabel Dávila Ardila describe como una aparición con vestuario y sombrero oscuro, situación que pese a los años aún le hace erizar la piel y causa escalofríos a Rosa Isabel, sobre todo cuando sin haber nadie en la casa la llaman por su nombre; aparición que sale de una habitación y pasea por toda la casa hasta el amplio patio junto a un mango y otros árboles en uno de los cuales se registró la foto que ilustra esta publicación donde mirando cuidadosamente se bosquejan imágenes de rostros, garras, personas, muertos y seres fantasmales.

La vieja casona construida en 1900, como lo señala una placa allí fijada, con gruesas paredes de barro pisado y techo de teja española, con un amplio patio y solar, visiblemente deteriorados, ha sido escenario de situaciones poco atractivas para los visitantes, quienes sienten aversión y así se lo han expresado a doña Rosa Isabel entre otros una vecina que percibió un extraño y frío ambiente, se llenó de nervios, y jamás volvió por la casa del espanto.

Nelson Humberto Dávila Rodríguez, hijo de Rosa Isabel, considera rutinaria la presencia del Ente, expresando “Lo vemos pero para nosotros es normal, al principio cuando niños si nos daba miedo, uno veía el bulto, cuando pequeños jugábamos, nos tocaba la cabeza o veíamos mover las cosas. Ahora de adultos no juega con nosotros, solo vemos la sombra que pasa por la casa. Mis sobrinos pequeños, si lo ven y juegan él. Un primo dejó un vaso de agua una noche, y al otro día estaba vació” Ante los constantes ruidos que hace el espanto en puertas y ventanas, los humanos habitantes hasta le invitan a pasar al comedor, para que deje de molestarlos, como en efecto ocurre.

La casa heredada del octogenario José Basilio Dávila Ortega, arriero de la familia del dictador venezolano Juan Vicente Gómez, constituye un atractivo turístico, del tipo mitos y leyendas, que la administración de la alcaldesa Emperatriz Misse Millán, tiene proyectado apoyar, iniciando por los refuerzos a la vivienda y publicaciones que permitan dar a conocer al público tal existencia.

Rafael Camperos Higuera. Celular 311 2326400
Comunicador Social, en formación, Universidad de Pamplona
Diciembre 2009


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