Un triste empate a un gol sirvió este sábado para la despedida de Cúcuta y Equidad de la Copa Mustang II. En un estadio de Techo con solamente 200 personas en las graderías, el fútbol se hizo presente por momentos, mientras que la carencia en la concreción en ambas escuadras fue la constante.
Más allá de los tantos de César Arias, por la visita, y Hérly Alcázar, por el local, los protagonistas de la contienda fueron los arqueros Leandro Castellanos y Diego Novoa, quienes ahogaron en más de una ocasión el grito de gol de sus rivales.
Siendo sinceros, quien más hizo por quedarse por la victoria fue el cuadro nortesantandereano, pero el ímpetu de los ‘aseguradores’ les llevó igualmente a buscar la victoria sacando como figura del encuentro a Castellanos.
Cúcuta pudo remontar el marcador adverso pero cuando se esperaba se fuera en pos del gol de la victoria no supo concretar con un Lionard Pajoy dubitativo y con un Juan Carlos Escobar que poco se juntó con Hárrison Otálvaro para crear opciones ofensivas. El más punzante fue Arias, autor de la paridad, y tras su ingreso, Humberto Osorio, quien tuvo la opción más clara en el complemento pero no supo convertir permitiendo la reacción del guardavalla Novoa.
Precisamente en el cuadro bogotano, más allá de la diana de Alcázar, un remate de Stalin Motta que se estrelló en los maderos y disparos de Jersson Córdoba y Dáger Palacios, bien contrarrestados por Castellanos, fueron la cuota ofensiva.
Sobre el final del encuentro, minuto 87, la visita quedó con un hombre menos tras la expulsión de Roberto Peñaloza por doble amarilla.
La afición local despidió a su onceno con un sonoro aplauso pero, sin embargo, el ambiente era triste porque se decía adiós a la temporada 2009 y no se pudo cerrar el año con victoria.
El 1-1 deja a los cucuteños complicados de cara al descenso en 2010, factor que hizo que el técnico Jorge Luis Pinto fuera objeto de reclamos por parte de un grupo de hinchas apostados en la gradería norte. La situación fue tan difícil para el estratega que inclusive al final del partido tuvo que ser controlado por sus auxiliares para no ir a responder a las ofensas de sus contradictores.
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