Apobado el proyecto de referendo constitucional

El presidente Álvaro Uribe quedó esta tarde (martes) más cerca de poder competir para un tercer mandato el próximo año, después de que el Senado aprobara en último debate un proyecto de referendo constitucional para permitir su segunda reelección inmediata.

El popular mandatario, considerado por un amplio sector como irreemplazable por su ofensiva militar contra las FARC y el narcotráfico, fue elegido en el 2002 y nuevamente en el 2006 después de un cambio a la Constitución para permitir su reelección.

El referendo aprobado por la plenaria del Senado con 62 votos en el último de cuatro debates irá a una comisión de conciliación con la Cámara de Representantes y después deberá ser enviado a la Corte Constitucional para que lo avale o lo rechace.

Si el tribunal lo autoriza, el presidente debe sancionar la respectiva ley y convocar el referendo, que deberá ser organizado posteriormente por la Registraduría.

Alrededor de 7,5 millones de personas, un 25 por ciento del total de electores habilitados, deberán asistir a las urnas para votar a favor o en contra.

La iniciativa fue aprobada pese a la oposición del Partido Liberal y del Polo Democrático Alternativo, que califican al referendo como un camino hacia una dictadura y a la concentración de poder en Uribe al eliminar los sistemas de control y contrapeso al Gobierno.

El proyecto de referendo, apoyado por más de 4 millones de firmas, avanzó pese a que en los dos debates previos, en la Cámara de Representantes, fue aprobado pero a partir del 2014, por un error de redacción.

Sin embargo, el Gobierno y los promotores de una segunda reelección inmediata de Uribe a través del referendo sostienen que el Senado puede introducir modificaciones a la redacción para permitir su continuidad en el poder.

Uribe cuenta con el favoritismo de empresarios y de Wall Street por sus políticas de libre mercado, pero no ha dicho con claridad si está interesado en buscar su segunda reelección.

El mandatario sustenta su alta popularidad en una política de seguridad con la que obligó a la guerrilla a replegarse en zonas apartadas y montañosas, mientras que logró reducir los asesinatos, las masacres, los secuestros y los ataques de los grupos armados ilegales que intervienen en un conflicto interno de más de cuatro décadas.