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domingo, 2 de noviembre de 2008

DMG es perseguida



El primer eslabón de la cadena surgió en La Hormiga (Putumayo) en 2003, cuando el comerciante David Murcia Guzmán, resaltando las iniciales de su nombre, creó la empresa DMG. Hoy, cinco años después, su misterioso invento económico tiene desconcertado al país. Las autoridades judiciales creen que hay algo ilegal pero no saben qué es; los bancos tratan de descifrar la fórmula mágica para detener su expansión y el gobierno tiene a todos sus expertos devanándose los sesos para entender el negocio, pero DMG crece vertiginosamente como una bola de nieve.

Según sus propios registros, la empresa ya cuenta con una nómina de 160 empleados permanentes, canceló impuestos por más de $5.000 millones en el último año, comienza expandirse a Panamá, Ecuador, México y Venezuela y asegura que asciende a 200.000 el número de usuarios satisfechos que pueden dar fe de la rentabilidad de sus inversiones en el modelo planteado por DMG. De hecho, su centro operativo en Bogotá, ubicado en la Autopista Norte con calle 197, se convirtió en el destino diario de centenares de personas que buscan multiplicar su dinero en pocos meses.

Es el tema de moda hasta en los círculos sociales más selectos y la pregunta obligada para los hombres de negocio: ¿será que me atrevo a invertir en DMG? En principio lo hicieron personas de estratos bajos que lo arriesgaron todo y ganaron. Después fue subiendo el nivel y nadie fue a denunciar que lo hubieran estafado. Hoy, voceros de la empresa admiten que con extremo sigilo lo están haciendo colombianos con alto poder económico. “Y también lo hacen miembros de la Policía y el Ejército y más de un funcionario de importante figuración”, agrega una fuente de la exitosa firma.

En pocas palabras lo resume el abogado Abelardo de la Espriella, apoderado de la empresa: “Con DMG ocurre lo que pasa con las amantes, en el día se les esconde, pero en la noche se les ama”. En cambio los clientes satisfechos ya empiezan a darle a la sigla otras interpretaciones. Dios Mío Gracias, Dame Más Ganancias o Diversificación de Mercado Global. La creatividad de la gente del común que no quiere saber de dónde viene el dinero sino que le dupliquen el suyo. Prueba de ello es que se están organizando para protestar contra las autoridades que vigilan a DMG y los bancos que la critican con énfasis.

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