En Cúcuta desde hace algunas semanas empezó a regir la norma que prohíbe a los vendedores ambulantes salir los jueves a ejercer su oficio.
El decreto fue implantado por la alcaldía de la ciudad para recuperar el espacio público que se ve invadido continuamente por los comerciantes que ejercen su negocio en las calles.
La medida busca favorecer a la comunidad y que por un día a la semana las personas disfruten de la libertad de caminar por las calles de Cúcuta sin encontrar los obstáculos que se ven a diario en las vías a causa de los ambulantes.
Durante los primeros jueves los comerciantes cumplieron fielmente a la norma y los transeúntes encontraron cada jueves “las calles despejadas y libres para salir con la familia a dar un paseo sin la algarabía y los gritos de los vendedores callejeros”, dijo Rocío Ríos.
Sin embargo, las quejas empezaron a llegar de otros comerciantes que se ven perjudicados con la medida.
“Es que los ambulantes compran la mercancía en estos centros comerciales y realmente los perjudicados somos nosotros los proveedores”, señaló Jairo Emilio Socha, administrador de un local comercial de venta de artículos de plástico.
Tal vez por esta razón o por muchas otras, entre las cuales figuran “la falta de hacer un diario en dinero para comer y para dar a nuestros hijos porque es que nosotros vivimos así: de un diario. Y si no se trabaja no se come”, relató Carlos García Suescún vendedor ambulante. Los comerciantes empezaron a incumplir la norma.
Por eso ahora los jueves no están las calles totalmente libres de ambulantes y en las esquinas y calzadas se pueden apreciar nuevamente haciendo su oficio.
Eso si, ellos se esconden, corren cuando ven la policía y hasta le dicen a los clientes: “nos vemos en la otra cuadra, es que aquí no se puede vender”, como lo hace García Suescún.
Entonces, como lo dice el viejo adagio popular, que para la norma existe la violación, en Cúcuta ya se está haciendo realidad y tal vez nuestros vendedores, a pesar de tener razones suficientes, no nos dejen sin un día a la semana con las calles de la ciudad libres para los transeúntes y sin tanta contaminación auditiva y visual.
Igualmente, nuestra policía y hasta la alcaldía deben estar más atentos con esta medida que ya se ha empezado a incumplir por unos cuantos, que de no ponerles cuidado, dentro de poco ya se convertirá en el incumplimiento de muchos o porque no, de todos.
El decreto fue implantado por la alcaldía de la ciudad para recuperar el espacio público que se ve invadido continuamente por los comerciantes que ejercen su negocio en las calles.
La medida busca favorecer a la comunidad y que por un día a la semana las personas disfruten de la libertad de caminar por las calles de Cúcuta sin encontrar los obstáculos que se ven a diario en las vías a causa de los ambulantes.
Durante los primeros jueves los comerciantes cumplieron fielmente a la norma y los transeúntes encontraron cada jueves “las calles despejadas y libres para salir con la familia a dar un paseo sin la algarabía y los gritos de los vendedores callejeros”, dijo Rocío Ríos.
Sin embargo, las quejas empezaron a llegar de otros comerciantes que se ven perjudicados con la medida.
“Es que los ambulantes compran la mercancía en estos centros comerciales y realmente los perjudicados somos nosotros los proveedores”, señaló Jairo Emilio Socha, administrador de un local comercial de venta de artículos de plástico.
Tal vez por esta razón o por muchas otras, entre las cuales figuran “la falta de hacer un diario en dinero para comer y para dar a nuestros hijos porque es que nosotros vivimos así: de un diario. Y si no se trabaja no se come”, relató Carlos García Suescún vendedor ambulante. Los comerciantes empezaron a incumplir la norma.
Por eso ahora los jueves no están las calles totalmente libres de ambulantes y en las esquinas y calzadas se pueden apreciar nuevamente haciendo su oficio.
Eso si, ellos se esconden, corren cuando ven la policía y hasta le dicen a los clientes: “nos vemos en la otra cuadra, es que aquí no se puede vender”, como lo hace García Suescún.
Entonces, como lo dice el viejo adagio popular, que para la norma existe la violación, en Cúcuta ya se está haciendo realidad y tal vez nuestros vendedores, a pesar de tener razones suficientes, no nos dejen sin un día a la semana con las calles de la ciudad libres para los transeúntes y sin tanta contaminación auditiva y visual.
Igualmente, nuestra policía y hasta la alcaldía deben estar más atentos con esta medida que ya se ha empezado a incumplir por unos cuantos, que de no ponerles cuidado, dentro de poco ya se convertirá en el incumplimiento de muchos o porque no, de todos.
Óscar Mauricio Araque Pérez
No hay comentarios.:
Publicar un comentario