Alerta en Cúcuta por redes de tráfico de personas
Un significativo número de casos de adolescentes desaparecidas que habrían sido víctimas de bandas dedicadas a la trata de personas ocurre en Cúcuta, dada la cercanía con la frontera colombo-venezolana, denunciaron autoridades y organizaciones no gubernamentales.
Aunque varias de las jovencitas regresaron a casa luego de varios días, otras continúan extraviadas lo que "prendió las alarmas" en esta capital, considerada un eslabón importante dentro de la cadena de envío de colombianas con fines sexuales a lugares como las islas del Caribe.
El Grupo de Identidad del CTI de la fiscalía en Cúcuta reporta oficialmente que 15 menores de edad fueron registradas como desaparecidas en los primeros cinco meses de este año. Sin embargo, nueve de ellas retornaron por sus propios medios a casa.
El odontólogo forense de esa unidad, Juan Luis Parra, aclara que no tiene indicios de la presencia de bandas dedicadas al rapto de niñas en la región y atribuye estos hechos a la propia voluntad de las jóvenes que huyen embaucadas por sus compañeros sentimentales o amigos ocasionales.
Fuentes del organismo investigador informan que las desaparecidas tienen características en común, por ejemplo, son niñas entre 13 y 16 años de edad, residentes en sectores vulnerables, miembros de hogares desintegrados y estudiantes de cursos de validación de estudios primarios o secundarios.
A su turno, Alejandro Muñoz Garzón, director de la Fundación para el Reeencuentro asegura que desde Cúcuta se reporta un enorme volumen de personas desparecidas cada año, en especial entre marzo y mayo y la temporada de agosto y noviembre.
En sus constantes visitas a la frontera, Garzón dijo haber conocido casos de jovencitas que se hospedaban en hoteles de Cúcuta mientras preparaban su viaje a Venezuela o a los balnearios del Caribe a donde iban a trabajar en clubes nocturnos y discotecas con la promesa de elevar su nivel de vida.
La Corporación Nuevo Arco Iris, organización civil para la promoción de la paz y el desarrollo, tiene en sus registros 13 casos denunciados de menores desaparecidos en Norte de Santander en 2.008 aunque los reportes destacan que en la mayoría se trata de hechos relacionados con reclutamiento de nuevos integrantes para grupos delincuenciales como las Águilas Negras.
Otra organización que pone de manifiesto el creciente fenómeno de la desaparición de personas en frontera colombo-venezolana es la Fundación Progresar que recopiló 91 hechos de esta naturaleza en los primeros 5 meses del año, incluidos adultos y menores de edad.
La alcaldesa de Cúcuta, María Eugenia Riascos, aseguró no conocer hechos específicos relacionados con la trata de personas pero anticipó que el Ministerio del Interior creará, a partir de julio próximo, una oficina para evitar el fenómeno.
Aunque varias de las jovencitas regresaron a casa luego de varios días, otras continúan extraviadas lo que "prendió las alarmas" en esta capital, considerada un eslabón importante dentro de la cadena de envío de colombianas con fines sexuales a lugares como las islas del Caribe.
El Grupo de Identidad del CTI de la fiscalía en Cúcuta reporta oficialmente que 15 menores de edad fueron registradas como desaparecidas en los primeros cinco meses de este año. Sin embargo, nueve de ellas retornaron por sus propios medios a casa.
El odontólogo forense de esa unidad, Juan Luis Parra, aclara que no tiene indicios de la presencia de bandas dedicadas al rapto de niñas en la región y atribuye estos hechos a la propia voluntad de las jóvenes que huyen embaucadas por sus compañeros sentimentales o amigos ocasionales.
Fuentes del organismo investigador informan que las desaparecidas tienen características en común, por ejemplo, son niñas entre 13 y 16 años de edad, residentes en sectores vulnerables, miembros de hogares desintegrados y estudiantes de cursos de validación de estudios primarios o secundarios.
A su turno, Alejandro Muñoz Garzón, director de la Fundación para el Reeencuentro asegura que desde Cúcuta se reporta un enorme volumen de personas desparecidas cada año, en especial entre marzo y mayo y la temporada de agosto y noviembre.
En sus constantes visitas a la frontera, Garzón dijo haber conocido casos de jovencitas que se hospedaban en hoteles de Cúcuta mientras preparaban su viaje a Venezuela o a los balnearios del Caribe a donde iban a trabajar en clubes nocturnos y discotecas con la promesa de elevar su nivel de vida.
La Corporación Nuevo Arco Iris, organización civil para la promoción de la paz y el desarrollo, tiene en sus registros 13 casos denunciados de menores desaparecidos en Norte de Santander en 2.008 aunque los reportes destacan que en la mayoría se trata de hechos relacionados con reclutamiento de nuevos integrantes para grupos delincuenciales como las Águilas Negras.
Otra organización que pone de manifiesto el creciente fenómeno de la desaparición de personas en frontera colombo-venezolana es la Fundación Progresar que recopiló 91 hechos de esta naturaleza en los primeros 5 meses del año, incluidos adultos y menores de edad.
La alcaldesa de Cúcuta, María Eugenia Riascos, aseguró no conocer hechos específicos relacionados con la trata de personas pero anticipó que el Ministerio del Interior creará, a partir de julio próximo, una oficina para evitar el fenómeno.
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