Venezuela aumentó controles al contrabando en su frontera con Colombia

El presidente de ese país, Hugo Chávez, anunció medidas para evitar que los productos subsidiados por su Gobierno terminen en las tiendas, supermercados y casas de los colombianos.

Intensos operativos desarrollaron miembros de la Aduana y la Guardia Nacional en los puentes internacionales Simón Bolívar y Francisco de Paula Santander, que unen el estado Táchira con Norte de Santander.

En las labores de control, que se extendieron a las trochas por donde los contrabandistas movilizan los productos hacia Colombia, intervienen cerca de 180 uniformados y unos 30 funcionarios del Servicio Nacional Integrado de Administración Aduanera y Tributaria (Seniat).

La orden fue impartida la noche del martes por el presidente Chávez, quien en una alocución hizo un llamado a los distintos organismos de seguridad y control para evitar la salida masiva de productos de la canasta básica, que ha generado desabastecimiento en el país vecino.

Específicamente se busca controlar el tráfico de arroz, azúcar, leche, aceite, harinas, pastas, papel higiénico y gas propano, que se consiguen más baratos en Venezuela y que compiten con los productos colombianos en el oriente y el centro del país.

En muchos casos no se trata de productos subsidiados, sino de mercancías que se benefician del control cambiario que ejerce Venezuela y que entran a ese país a precios más favorables que los del mercado colombiano.

'Hay una distorsión económica'

En ese sentido, el presidente de la Cámara de Comercio de Cúcuta, Pedro Sayago,señaló que mientras persistan las distorsiones generadas por los controles de precios y cambiarios que ejerce la administración Chávez, el contrabando seguirá.

En el mismo sentido se pronunció el presidente de la junta directiva de la Cámara Colombo Venezolana, Alberto Galofre, quien dijo que el diferencial cambiario es la principal causa del problema.

"La solución no va a estar en prohibir el contrabando, sino en establecer un sistema económico que tenga racionalidad con el mercado", dijo Galofre, para quien la decisión de manipular la economía en contra de las leyes del mercado "es algo que puede sonar muy atractivo para clases populares pero que no resulta práctico ni administrativamente viable".

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